martes, 7 de abril de 2020

Antella, una población morisca







Marina Estarlich Martorell
        Ramón Estarlich Candel
Cronistas de Antella
 
 
 
ANTELLA UNA POBLACIÓN MORISCA

Cuando España fue invadida por los musulmanes la historia de la villa de Antella estuvo marcada por las vicisitudes devenidas por la vida y costumbres de los moriscos que la ocuparon permaneciendo en ella y siendo sus pobladores durante un periodo de tiempo no precisado de varios siglos.
A los musulmanes que la habitaron se deben la construcción de dos edificios muy significativos, uno de ellos fue la mezquita, hoy desparecida al edificarse sobre su solar el templo cristiano denominado de La Purísima Concepción, y el otro edificio destacable fue la torre árabe de forma cuadrada que a pesar del tiempo que ha transcurrido desde su construcción en fecha no datada, se conserva toda su estructura con algún deterioro en sus lienzos manteniendo su altivez y belleza arquitectónica. En cuanto a las dimensiones de la torre diremos que cada uno de sus lados mide 6 metros siendo su altura superior a los 32 metros. Para su construcción se escogió un terreno situado en el extremo sureste de la plaza del pueblo frente a la mezquita edificada por los musulmanes.



El núcleo urbano de pobladores que dio lugar a ésta población tuvo su origen en el poblado ibérico existente en lo alto de un cerro de las últimas estribaciones de la sierra Martés, a los pies de la cual se encuentra la villa actual, del que dan constancia los restos arqueológicos existentes visibles pero muy deteriorados y en estado de desaparición y destrucción progresiva por la transformación de aquel terreno en tierras de labor realizadas fraudulentamente por algún labrador local.
Aquellos hombres primitivos abandonaron el emplazamiento en lo alto del monte y bajaron a tierras llanas cercanas al río Júcar, donde se asentaron primero en la partida de La Habana en un punto ribereño con el río donde se producían continuas riadas por lo que se trasladaron a un nuevo emplazamiento que estaba a un nivel más alto sobre el cauce del río buscando la protección frente a las frecuentes avenidas del Xúquer que con asiduidad inundaban y destrozaban sus casas y cosechas. dando lugar al nacimiento de una alquería que se conoció con el nombre de Xarquia o Barquia que estaba situada más cerca de la limítrofe población de Sumacarcel que la de la actual Antella, Éste último desplazamiento se produjo sin premuras que dieron como resultado que llegaran a coexistir los dos asentamientos. De hecho, en la documentación del siglo XV, en el impuesto del morabatí aparecen juntas Antella y Xarquia, pero tributan como localidades diferentes. La antigua Xarquia consta en distintos asientos en el Llibre de Repartiment: 1249 (Donac. De Jaime I a Andrés de Oliola) “domos in Xarquia, alcheria de Somacarcer” (Llibre Repartiment, II, pág. 141). 1249 (Donac. de Jaime I a M. de Albalat) “et singulas domos in “Exarquia et Garbia” (Llibre de Repartiment, II, pág. 171). Las grafías se repiten en los asientos números: 1.249, 1.250 y 1.253 (“Exarquia”), y en el 1.252 (“Xarquia”). Los impuestos de morabatí registran ya el topónimo Antella: 1.373 “en la Alquería de Antella” (Arxiu Regne Valencia, Mestre Racional, 10.866). 1.415,1.427, 1.493 “Antella e Xarquia” (Archivo del Reino de Valencia, Mestre Racional 10.870, 10.871, 10.879). 1.489 “Antella” (Archivo del Reino de Valencia, Real 652 folio 16 vuelto).
En las diferentes acepciones que hemos estudiado sobre el topónimo Antella hemos encontrado raíces e influencias musulmanas lo que nos ha permitido que podamos encasillarla dentro de la toponimia mozárabe que fue una realidad lingüística a caballo por una parte entre las jóvenes lenguas romances y por otra con la lengua árabe.
Hay otra opinión popular muy extendida respecto al nombre de esta población que se robustece únicamente por la tradición, pues según esta leyenda, Antella trae su etimología de una expresión del Gobernador moro del castillo de Pañarroja (cuyas ruinas se ven en el término de Sumacarcer en la ribera derecha del Xuquer), quien irritado por haberse casado una hija suya con un cristiano despachó hombres en su persecución mandándoles que en cualquier parte que lo alcanzaran lo mataran ante ella y a su presencia, cuyo riguroso mandato se ejecutó precisamente en el sitio donde se halla el pueblo y de aquellas palabras “Matadle ante ella” adquirió el nombre la población.
Durante los siglos que los invasores permanecieron establecidos en aquella alquería, se dedicaron al cultivo de la tierra, que en su mayor parte era terreno de secano, y completaron un sistema de riego para aumentar la extensión de tierra de huerta construyendo una red de acequias y brazales que hoy día se conservan mejorados y ampliados tanto en su cauce como en su extensión.
Iniciada la Reconquista por Don Pelayo en Covadonga fue el rey aragonés don Jaime I quien reconquistó el reino de Valencia y ocupó las tierras de la Ribera del Xúquer que eran fértiles y por tanto muy codiciadas por los nuevos conquistadores, tanto las de secano como las de regadío.
Cuando el monarca tomó la ciudad de Alzira a los moros el 31 de diciembre de 1239 ya se regaban aquellas tierras de la orilla izquierda del Júcar con aguas derivadas del río, y debió de existir una acequia islámica que el rey Jaume I mandó prolongar hasta Valencia, pues el monarca en sus escritos revela la existencia de una acequia musulmana a la que denomina cequie antique diferenciándola de la acequia nueva cequie nove Algezire y de la acequia mayor dictam cequiam maiorem.
Sobre la base del regadío heredado de la etapa islámica que era muy reducido y distribuido por diversas zonas muy fragmentado, el Rey Jaime I llevó a cabo una firme política de expansión del regadío en la Ribera Alta del Júcar. En un acta del rey D. Jaime I el mismo declara haber adquirido de los moros algunas de sus leyes rurales, el modo de construir canales, diques y el de establecer y dirigir las tomas de agua.           
El origen y principio de la acequia islámica que nombra el monarca bien podía ser en Antella, si tenemos en cuenta que la altura de esta villa sobre el nivel del mar es de 40 metros, lo que permite la conducción de agua caballera hasta el mar, pues desde este punto, el agua podía llegar en suave pendiente hasta el Mediterráneo  y es en Antella donde nace el canal de riego más antiguo e importante conocido, por el que circula la corriente del agua para regadío desde Antella hasta la Albufera de Valencia.
Cuando rey Jaime I luchaba por la Reconquista un importante general de sus ejércitos, Guillem Fabra, participó en las conquistas de Mallorca y de Valencia, y cuando se rindió esta última ciudad, por un convenio firmado el 17 de marzo de 1238, como premio le fue asignada una casa al lado de la parroquia de San Esteve. También sirvió al rey Jaime I ayudándole en la campaña para someter a los moros de Alcoi y de Cocentaina que se habían sublevado bajo el mando de Al-Azraq.
El rey Pedro III el Grande, hijo de Jaime I, conocedor de lo bien que Guillermo de Fabra había servido al rey, su padre, le nombró su lugarteniente en la expedición de los rebeldes de Tous y Carlet y pintó por emblema de su escudo, dividido en cuarteles, un menguante de oro sobre campo azul, y una estrella dorada sobre encarnado. Por otra parte, Don Pedro, le sirvió de compadre de un hijo que bautizó el venerable Fray Miguel de Fabra, fundador del convento de Santo Domingo de la ciudad de Valencia. De Fabra esperaba que su rey le premiase, dándole además de Antella de donde fue el primer señor territorial, el Tosalet.
Los moriscos de Antella eran muy rebeldes a pesar de ello recibieron el bautismo junto con los de Alberic, Gavarda y otros pueblos y fueron los primeros que protestaron diciendo que el poner agua en la cabeza no significaba ser cristiano, por otra parte aunque practicaban los actos de religión cristiana seguían siendo los más increyentes de la parte izquierda del Xúquer y se levantaron en lucha armada al lado del moro Teyiyi de Llombay que se había sublevado contra los conquistadores.
Hubo continuas revueltas contra los cristianos y para neutralizarlas se estableció un control sobre las armas y el acceso a los castillos. En 1304 hubo una agitación que no desembocó en revuelta. El único caso que se conoce aquí es el del moro Cilim, un movimiento mesiánico que tuvo éxito a causa de las condiciones de vida de los sarracenos que se encontraban vilmente sometidos a un estado lamentable de degradación de las condiciones de vida, sometidos a capturas, expoliaciones y a toda clase de violencias.
En el año 1359 el sarraceno Celim o Cilim de Antella, fue el cabecilla de una revuelta contra los cristianos Fue hecho prisionero en 1360 y por orden del rey Pedro el Ceremonioso fue ajusticiado y quemado en una hoguera el día 16 de junio de ese mismo año.



Por los documentos reales sabemos que ésta fue la única revuelta sarracena de importancia que se produce en el reino de Valencia, sublevación que comenzó en 1359 capitaneada como hemos dicho por Cilim, un sarraceno Antella, lugar situado en la Ribera Alta del Júcar. Cilim se presentó a los sarracenos como un profeta de su religión y que estos le prestaron obediencia. Según estos mismos documentos, él y sus seguidores protagonizaron una revuelta contra la autoridad real y fueron culpables de asambleas ilícitas y de conspiración, homicidios, robatorios, y expulsión de cristianos de lugares reconquistados. Se supone que fue un movimiento mesiánico, entre religioso y político, como los que ha habido frecuentemente en el mundo islámico. Comenzó durante el periodo de guerra con Castilla, aunque no parece que la revuelta tuviera contacto con los castellanos, pero si que se puede afirmar que si tuvo éxito fue a causa de la guerra que comportó la degradación de las condiciones de vida de los sarracenos, sometidos a capturas, expoliaciones y toda clase de violencias.
Por marzo de 1360 Cilim ya había estado prisionero. Parece que el primer governador del regne de Valencia, García de Loriz, no creía que Cilim mereciese la muerte, puede ser porque por junio de 1360 no se habían producido violencias aunque puede ser que no se podía responsabilizar directamente a Cilim de ninguna violencia, pero el monarca ya insinuaba que el castigo adecuado para el promotor de aquella agitación religiosa y política era la muerte, cuando el gobernador decía “si morir deu, que muyra” y le recomendaba que no lo liberasen hasta que él viniera a Valencia.
El 18 de junio el rey agradecía al caballero Ximen Perez de Oris, su diligencia de encarcelar “aquell malvat moro qui en tan gran tabustol havia mès e s’esforçava de metre (lo regne) de València” y sus cómplices. Parece que el 18 de junio Cilim ya había sido ajusticiado, porque el monarca decía que había tenido la pena que merecía. Estas misma palabras se repiten en otra carta dirigida al gobernador, Garcia de Loriz, al cual el rey le comunicaba que no nombraría ningún comisario especial para juzgar las causas relacionadas con la revuelta y que a los señores de sarracenos tampoco podrían juzgarlos. El monarca parecía preocupado, nada mas por el aspecto financiero del castigo a los culpables, cosa explicable atendiendo a la penuria del tesoro real en aquellos momentos, pero que resulta sorprendente para nuestra mentalidad. Pocos días después le comunicó el nombramiento de unos jueces especiales para este caso, Ramón Nebor y Bernat Vives de Canamars, jurispertos de Valencia, que serian asistidos por el notario Marti de Boil. Parece que entonces los sarracenos aun seguían reuniéndose ilícitamente. a manera de rebelión. El rey quería que estas conspiraciones fuesen castigadas ejemplarmente.
Después de la ejecución de Cilim, que según Boswell, fue quemado y los principales capitostes de la revuelta, las encuestas judiciales continuaron contra otros sarracenos desconocidos, con una breve interrupción en el mes de agosto, por orden del rey. Por marzo del año siguiente 1361, la sedición volvió a resurgir, según el rey por culpa de moros que con letras de acapte, es decir con permisos para pedir limosna, recorrían las aljamas propagando el movimiento. Por este motivo el rey mandó a Pere Boil, bayle general del reino de Valencia, que si comprovaba que era así, suspendiese las licencias de pedir limosna y diese a los beneficiarios dos meses para devolverlas. A mediados del mes de mayo, el movimiento debía de haber redimido y sellada la paz de Templer con Castilla, el rey se mostró más benévolo y el 17 de mayo a ruegos de nobles y caballeros valencianos, concedió el perdón a los sarracenos del reino que hubiesen seguido la sedición excepto de treinta
1360, juny, 9. Saragosa.
Pere el Serimoniós aprova la gestió [del portanveus de governador del regne de València] que ha empresonat un moro que es feia passar per profeta. Si cal, podrá ésser castigat a pena de mort, però en cap cas no haurà d’esser deslliurat. Aprova, d’altra banda, que siga donat salari de set homes a cavall a Berenguer Togores i al seu fill Berengueró.
ACA, reg. 1171, f. 56 v. Diu: “Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem rehebudes e quant és en lo fet d’aquell moro qui’s feya profeta, vos responem que-ens plau com és pres e, si morir deu, que muyra. Però com enteséssets que mort no meresqués, no volem que per res ell sia ssolt de la presó, ans sia bé guardat e tengut a prop entr`que nós, Déu volent, siam a València e altra cosa ne hajam ordenada”.
Sobre’l fet d’en Berenguer Togores e d’en Berengueró, son fill, scrivim segons vostra informació al capitá del regne de València e als diputats de la guerra que donen sou als dits Berenguer e Berengueró de VII hòmens a cavall.
1360, juny, 18. Saragossa.
Pere el Ceremoniós acusa rebuda d’una carta del mestre racional, Berenguer de Codinacs, del 9 de juny, i es manifesta satisfet del càstig imposat a Cilim i als seus còmplices. Caldrá recompensar els qui l’han servit en aquest fer.
ACA, reg. 1171, f.60 r.
Lo rey d’Aragó. Vostra letra havem rebuda ....... De la punició que s’és feta d’aquell malvat moro e dels còmplices seus, nos plau. E a tots aquells qui en aquest fet nos han servit en fer bones provisions per haver lo dit moro e em quietat lo regne de Vàlencia, qui axi estava sollevat per aquell fet, som obligats a fer-los gràcia e mercet. ......
1360, juny 18 Saragossa.
Pere el Ceremoniós agraeix al governador del regne de Vàlencia, Garcia de loriz, el que ha fet per a capturar al “malvat moro” i als seus complices, als quals ha donat la pena que es mereixien ......
ACA, reg. 1171, f. 60 v.
Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem rebudes e entès per aquelles los affers d’aquell malvat moro e com vós ab gran diligència vos hi sots haüt, on vos responem que’ns plau fort e’us havem molt que grahir com axí ho havets fet e tractat e entenem bé que per vostre ban tracament e bona cura lo dit moro ab os còmplices són venguts a vostra mà e han portada auqella pena que mereixen. ....
1360, juny, 18. Saragossa.
Pere el Ceremoniós agraeix a Ximèn Pérez d’Orís, cavaller, la part que ha tingut en la en la captura del “malvat moro” (Cilim) i dels seus còmplices, que han estat castigats com mereixien. Li promet pagar-li el que li deu i recompensar-li els serveis quant agi a València, ....
ACA, C, reg. 1171, ff 60 v.-61 r.
Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem rebudes per les quals largament nos havets fet saber los afers d’aquell malvat moro, qui en tan gran tabustol havia mès  e s’esforçava de metre lo regne de Vàlencia e com per vostres bons tractaments lo dit moro ab altres còmplices seus és vengut  a mà del governador e han portada aquella pena que mereixen e ja per altres letres d’alcuns de nostre consell que són a Vàlencia havíem sabut com vós diligentment e curosa vos sots haüt en aquells affers, de què’us som obligats a fer-vos gràsia e mercè.
Queant és al fet de la assignació que demanats sobre açò que eixirá d’aquells affers .... quant n´s siam en regne de Vàlencia, hon breument entenem ésser, Déu volent, nós haurem esguard envers vós, aixi en fer pagar ço que’us és degut com en fer altra gràcia, de guisa que conexerets que’ns trenim bé per servits de vós.
1360, julio, 16. Pertusa.
Pere el Ceremonios  acusa rebuda d’una carta de Jaume Mas, lloctinent del batlle general del regne de València, sobre la sedició de Cilim i sobre l’intent del bisbe de València d’intervenir en questions sobre jueus. Li comunica que no hi haurà conflicte de competencies en l’aafer de Cilim.
ACA, C. Reg. 1171, f. 89 r.
Lo rei d’Aragó. Vostres letres havem rebudes, aixi sobre el fet dels moros que tactaven aquella sedició en regne de València e moviment d’aquell moro apellat Cilim, com dels juheus, contra’ls quals deïts que’l bisbe de València e son official s’esforcen d’enantar de ço que a ells no pertany, e sobre cascun d’aquells fets vos trametem provisions per altres letres patents, segons que en aquelles veurets ésser contengut. ....
1360, setembre, 1. Montblanc.
Pere el Ceremonios revoca el sobresïment decretat poc abans en l’afer de la sedició de Cilim i mana a Garcia de Loriz, governador de València, i a Vidal de Vilanova que prossegueixen l’enquesta fins a la sentència definitiva.
ACA, C, reg. 1172, ff. 170 v.-171 r.
Petrus, et cetera, delictis consiliariis nostris Garsie de Loriz, gerentivices gubernatoris in regno Valenciaa, et Vitali de Vilanova, militibus, salutem et dileccionem.
Licet nuper, cum littera nostra superaverimus in facto illius seditionis et concitacionis suscitate in regno de Valencie per sarracenos eiusdem regni instictu cuiusdam perfidi sarraceni nomine Cilim, tamen, ex certis causis, volumu et vobis comitimus et mandamus quatemus in dicto facto procedatis inquirendo et alias usque ad sentenciam definitivam, quam nobis ducimus huius serie reservandam. Nos enim, revocatis quibusvis aliis comissionibus, vobis ambobus super predictis comittimus planarie vices nostras.
1361, maig, 17. Calataiud.
Pere el Cerimoniós, a prec dels nobles, cavallers, escuders i persones generoses del regne de València, perdona al sarraïns valencians, llevant de trenta que anomenarà , de qualsevol pena o acció judicial pel delicte d’haver seguit i obeit al “pèrfid” Cilim, sarraí d’Antella, que es fingia profeta i que per aquesta raó fou condemnat a mort.
ACA, C, 1179, ff.16 v.- 17 r.
Nos, Petrus, et cetera, supplicantibus nobis nobilibus, militibus, scuriferis et personis generosis regni Valencie, qui en nostro ad presens existunt servicio, tenore presentis absolvimus, definimus, remittimus, relaxamus et etiam perdonamus omnibus et singulis sarracenis tam masculis quam feminis intra limittes regni Valencie populatis,retentis tamen nobis exinde trigenta ex ipsis, illis videlicet quos nos magis voluerimus seu duxerimus eligenndos, omnem accionem, questionem, peticionem et demandam aut aliam quancumque penam, civilem et criminalem et aliam quamlibet, quam nos seu officiales nostri nune vel de cetero possimus facere, proponere vel movere aut eis infligere seu etiam intemptare, racione et occasione criminis per ipsos comissi sequendo illum perfidum Cilim, sarracenum loci de Antella, qui profetam apud eos se esse fingebat, et obediendo eius iussionibus seu mandatis, cuius ocasione idem Cilim,suis demeritis exigentibus, ad ultimum supplicium suportandum extitit condempnatus, ita quod sive in predictis culpabilis fuerint sive non, contra predictos sarracenos seu aliquem ipsorum ac bona eorumdem in generali vel speciali aut aliter nequeat per nos aut officiales nostros questio aliqua fieri, peticio val demanda, nec eis pena aliqua infligi seu imponi, quinimo sint ipsi sarraceni cum omnibus bonis eorundem a predictis et quolibut predictorum quitii et immunes [in] perpetuo absoluti, abolentes ex nostre regie plenitudine potestatis omnes et quoscumque processus, inquisicionnes et alia quelibet enentamenta per nos seu officiales nostros contra predictos  vel eorum bona in generali vel speciali facta predicta racione, precipentes notario .............
La revuelta volvió a estallar al año siguiente, pero fue rápidamente sofocada el 17 de mayo de 1361 y a petición de los nobles, el rey fue más benévolo y perdonó a los insurrectos del Reino de Valencia que habían participado en la revuelta promovida por el pérfido Cilim, sarraceno del lugar de Antella.
Las rencillas se producían no solo entre los moriscos y las cristianos sino que en ocasiones surgían entre señores territoriales como fue el caso de Joan Cervato que era señor de los lugares de Xarquia y Antella y compró el lugar de Sumacárcel y el 7 de septiembre año del año 1416 tuvo una cuestión personal con Bernat Johan, señor de Tous sobre una mora vasalla del señor de Antella huida de este pueblo y refugiada en el de Tous  A.R.V. Governación 2.216, nº 28, fol. 21.
Joan Cervato por su condición de señor territorial era responsable del mantenimiento de la torre árabe de Antella pues formaba parte del conjunto de torres defensivas del territorio situado en el margen izquierdo del río Júcar contra las incursiones moriscas y su estado de conservación era comprobado por oficiales reales que hicieron visita de inspección entre junio y septiembre de 1429. ARV, GOV, nº 3.311, mano 6, fol. 8r.
En 1567, Miquel Salvador compra los lugares de Antella, Rafalet i Xarquia con todos sus términos derechos y pertenencias por el precio de Cuarenta i dos mil  libras a don Pedro López Pacheco Cervató Cardenas de Puerto Carrero y a su hermana doña Joana Pacheco de Puertocarrero. A.R.V. Governación Litium, nº 10. F 1º, y al año siguiente el 1568 el rey Felipe le concedió legalmente el título de Barón de Antella
Después de la conquista del Reino de Valencia por el rey Jaime I, Antella seguía poblada por una mayoría de familias mudéjares moriscos y eclesiásticamente dependía de la parroquia de Cárcer, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII estando regida por un rector o vicario que tenía la circunscripción eclesiástica, urbana  y rural, para la protección de las almas de los habitantes de las poblaciones de Antella, Alcántara del Júcar, Beneixida, Cotes y Sumacárcer, hasta que en el año 1535 por iniciativa del arzobispo Tomás de Villanueva, se crearon las rectoras de moriscos, o lo que es lo mismo, parroquias en cada población, en las que el rector era nombrado por el Señor Territorial de cada lugar, y los titulares de las parroquias eran los patronos de las familias que poseían los lugares en cuestión tales como San Miguel de los Blanes, San Juan Bautista de los Mendoza, San Nicolás y San Antonio de los Crespí de Valldaura, ya que las otras rectoras estaban dotadas por los Señores de cada lugar, con excepción de la de Antella y las fundadas por el Patriarca Ribera que en su mayoría se ponen bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, dogma en auge en la época,  (Los archivos parroquiales de “La Vall de Càrcer: Alcántara, Beneixida, Càrcer y Cotes, Alcocer-Gavarda, Antella, Sellet y Sumacàrcel” de Cano Ferri, P. – Cifuentes Comamala, L. – Galiana Chacón, J.P. – Martínez Morales, M. – Pons Alós, V).
En el padrón que mandó hacer el Patriarca en el año 1585 resultó tener el pueblo de Antella 220 casas de moriscos y unas 40 de cristianos viejos, pero eran gente de lo más indómitas de cuantos había en el Reino, lo mismo que los de Tous.
La ley que mandó dar el emperador Carlos I de España y V de Alemania el que todos los moros que había en la nación saliesen inmediatamente de sus estados, al principio se resistieron al bautismo pero habiendo bajado comisionados a la baronia de Alberic para persuadirles, los de Antella tomaron el bautismo con mucha repugnancia, y lo hicieron así poniendo por pretexto que la hacían por dar gusto a su señor al que apreciaban en gran manera, pero a pesar de haber recibido este sacramento quedaban interiormente tan moros como antes. Al principio ocultamente cumplían sus prácticas religiosas y después de algún tiempo venían haciendo todos sus ritos y ceremonias, por lo que á pesar de llamarse cristianos nuevos eran tan moros como los de la Morería de Africa pero se toleraba todo esto porque no había llegado aun la ley de su destierro y que la no práctica de aquellas gentes a los mandatos cristianos hacían lo mismo en todos aquellos pueblos que había moriscos.”
La población morisca aumentaba como consecuencia de la ausencia del celibato eclesiástico en la religión musulmana. Todos los moriscos se casaban  mientras que en el colectivo de los cristianos el número de casamientos se veía disminuido entre otras razones porque un porcentaje muy elevado de la población era religioso dándose el caso en el año 1609 de que en la ciudad de Valencia con una población de cincuenta mil personas, cerca de 1.500 eran religiosos, lo que motivaba que la ciudad no crecía demográficamente permaneciendo encerrada en sus murallas, mientras que los moriscos proliferaban de forma alarmante, creciendo al mismo tiempo sus ingresos, lo que ponía en peligro la seguridad del país y presentaban una amenaza para le fe de la iglesia, siendo está una de las razones de su expulsión.



            En Antella, al igual que los pueblos de alrededor los moriscos estuvieron viviendo en sus tierras hasta la expulsión de todos los musulmanes del territorio español en el año 1609 por un decreto del Rey Felipe III que ordenaba que saliesen de sus estados todos los moros bautizados, pues continuaban con sus prácticas religiosas.
            Esta pragmática de expulsión dejaba a la población de Antella casi abandonada pues casi todos sus habitantes eran moriscos. La pragmática se cumplió y salieron de la población todos los adoradores de la ley mahometana En la página 88 del libro “El puerto de Denia y el destierro morisco 1609-1610” publicado por la Universidad de Valencia, en el apéndice dice: “en la segunda embarcación el 21-10-1609 salen los moriscos de Antella”.



Es en este momento cuando la población de Antella, al igual que muchos otros lugares al faltar la mayoría de sus vecinos como consecuencia natural de este hecho, sus campos quedaron sin brazos para el cultivo, sus casas sin habitantes, todo, todo abandonado, población y riquezas, de esta manera la población no podía ir adelante y causaba gran perjuicio para los señores feudales de estos lugares y en este momento cuando se hace necesaria la elaboración de Cartas de población para estos lugares, así encontramos la carta puebla de Antella otorgada el 22 de junio de 1610 (Archivo del Reino de Valencia, Manaments Empars, tomo 1º, folio 2274); la de Alberique el 24 de marzo de 1610; Carcer 24 de agosto de 1610; La Llosa 13 de noviembre de 1610; Masalaves 7 de abril de 1610; o en Gabarda y el marquesado de Llombay en el año 1612. Estas cartas son necesarias para reclutar pobladores que se ocupen de trabajar las tierras abandonadas y cuidar de que no se deterioren las casas de la población, por lo que las medidas de presión por parte de los señores no son tan opresivas como las de siglos anteriores.
Para solucionar esta situación su señor territorial don Francisco Salvador el día 21 de marzo del año 1610 otorgó Carta Puebla haciendo venir 57 familias de cristianos viejos y tomaron estos las tierras que habían quedado abandonadas de aquella raza expulsada de España bajo los pactos y condiciones establecidas pero exceptuando el pago de los censales de los moriscos como consta en el capítulo VII de dicho documento que dice: Ittem es estat pactat establit y concordat entre les dites parts que aixi mateix lo dit Señor de Antella prenga a son carrech y se aumeixca com ab lo present capitol se obliga pagar tots los censals que los morisocs de la dita Baronia de Antella se carregaren ab tal empero que los dits nous pobladors que huy son y per temps seran del dit lloch de Antella no es puguen carregar censals alguns sense expressa llicensia del dit Señor de Antella; Y si per alguns censals carregats per alguns moriscos de dita Baronia de Antella se instara execusió alguna contra los dits nous pobladors, en tal cas totes les despeces y gastos vinguen al carrech del dit Señor de Antella.

           

Tanto se le perjudicó al señor Territorial Francisco Salvador, que habiendo muerto éste, por una Real Pragmática de fecha 11 de junio de 1614 del Rey Felipe III Miguel Salvador, hijo del señor de Antella, fue indemnizado con 340 Libras por los daños y perdidas tenidos como consecuencia de la expulsión de los moriscos y además el 12 de septiembre de 1621 Rey don Felipe concede un privilegio a favor de Miguel Salvador Barón de Antella para que pueda hacer ciertas imposiciones en su baronía por los daños sufridos por la expulsión de los moriscos. A.R.V. Bailia gral. Letras y Priv. 7º 60, f 277.


BIBLIOGRAFÍA

Ferrer i Mallol Maria Teresa. La frontera amb l’ìslam en el segle XIV. Cristians i sarrains en el  Pais Valencià, CSIC, Barcelona 1988
Lomas Cortés Manuel. El puerto de Denia y el destierro morisco. Universidad de Valencia 2009
Ventura Conejero, Agustín, Actes de la X Assemblea d’Història de la Ribera, Antella 2004. Antella dins els morabetins del terme de Xàtiva. Ajuntament d’Antella, Coordina Secretariat local de la X Assemblea d’Història de la Ribera, Imprenta Nacher 2006.
Libro del Cronista de Antella.
 

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