Marina
Estarlich Martorell
Ramón Estarlich Candel
Cronistas
de Antella
ANTELLA UNA POBLACIÓN MORISCA
Cuando
España fue invadida por los musulmanes la historia de la villa de Antella
estuvo marcada por las vicisitudes devenidas por la vida y costumbres de los
moriscos que la ocuparon permaneciendo en ella y siendo sus pobladores durante
un periodo de tiempo no precisado de varios siglos.
A
los musulmanes que la habitaron se deben la construcción de dos edificios muy
significativos, uno de ellos fue la mezquita, hoy desparecida al edificarse
sobre su solar el templo cristiano denominado de La Purísima Concepción, y el
otro edificio destacable fue la torre árabe de forma cuadrada que a pesar del
tiempo que ha transcurrido desde su construcción en fecha no datada, se
conserva toda su estructura con algún deterioro en sus lienzos manteniendo su
altivez y belleza arquitectónica. En cuanto a las dimensiones de la torre
diremos que cada uno de sus lados mide 6 metros siendo su altura superior a los
32 metros. Para su construcción se escogió un terreno situado en el extremo
sureste de la plaza del pueblo frente a la mezquita edificada por los
musulmanes.
El
núcleo urbano de pobladores que dio lugar a ésta población tuvo su origen en el
poblado ibérico existente en lo alto de un cerro de las últimas estribaciones
de la sierra Martés, a los pies de la cual se encuentra la villa actual, del
que dan constancia los restos arqueológicos existentes visibles pero muy
deteriorados y en estado de desaparición y destrucción progresiva por la
transformación de aquel terreno en tierras de labor realizadas fraudulentamente
por algún labrador local.
Aquellos
hombres primitivos abandonaron el emplazamiento en lo alto del monte y bajaron
a tierras llanas cercanas al río Júcar, donde se asentaron primero en la
partida de La Habana en un punto ribereño con el río donde se producían
continuas riadas por lo que se trasladaron a un nuevo emplazamiento que estaba
a un nivel más alto sobre el cauce del río buscando la protección frente a las
frecuentes avenidas del Xúquer que con asiduidad inundaban y destrozaban sus
casas y cosechas. dando lugar al nacimiento de una alquería que se conoció con
el nombre de Xarquia o Barquia que estaba situada más cerca de la limítrofe población
de Sumacarcel que la de la actual Antella, Éste último desplazamiento se
produjo sin premuras que dieron como resultado que llegaran a coexistir los dos
asentamientos. De hecho, en la documentación del siglo XV, en el impuesto del
morabatí aparecen juntas Antella y Xarquia, pero tributan como localidades
diferentes. La antigua Xarquia consta
en distintos asientos en el Llibre de Repartiment: 1249 (Donac. De Jaime I a
Andrés de Oliola) “domos in Xarquia,
alcheria de Somacarcer” (Llibre Repartiment, II, pág. 141). 1249 (Donac. de
Jaime I a M. de Albalat) “et singulas domos in “Exarquia et Garbia” (Llibre de Repartiment, II, pág. 171). Las
grafías se repiten en los asientos números: 1.249, 1.250 y 1.253 (“Exarquia”), y en el 1.252 (“Xarquia”). Los impuestos de morabatí
registran ya el topónimo Antella:
1.373 “en la Alquería de Antella” (Arxiu Regne Valencia, Mestre Racional,
10.866). 1.415,1.427, 1.493 “Antella e
Xarquia” (Archivo del Reino de Valencia, Mestre Racional 10.870, 10.871,
10.879). 1.489 “Antella” (Archivo
del Reino de Valencia, Real 652 folio 16 vuelto).
En
las diferentes acepciones que hemos estudiado sobre el topónimo Antella hemos
encontrado raíces e influencias musulmanas lo que nos ha permitido que podamos
encasillarla dentro de la toponimia mozárabe que fue una realidad lingüística a
caballo por una parte entre las jóvenes lenguas romances y por otra con la
lengua árabe.
Hay
otra opinión popular muy extendida respecto al nombre de esta población que se
robustece únicamente por la tradición, pues según esta leyenda, Antella trae su
etimología de una expresión del Gobernador moro del castillo de Pañarroja
(cuyas ruinas se ven en el término de Sumacarcer en la ribera derecha del
Xuquer), quien irritado por haberse casado una hija suya con un cristiano
despachó hombres en su persecución mandándoles que en cualquier parte que lo
alcanzaran lo mataran ante ella y a su presencia, cuyo riguroso mandato
se ejecutó precisamente en el sitio donde se halla el pueblo y de aquellas
palabras “Matadle ante ella” adquirió el nombre la población.
Durante
los siglos que los invasores permanecieron establecidos en aquella alquería, se
dedicaron al cultivo de la tierra, que en su mayor parte era terreno de secano,
y completaron un sistema de riego para aumentar la extensión de tierra de
huerta construyendo una red de acequias y brazales que hoy día se conservan
mejorados y ampliados tanto en su cauce como en su extensión.
Iniciada
la Reconquista por Don Pelayo en Covadonga fue el rey aragonés don Jaime I
quien reconquistó el reino de Valencia y ocupó las tierras de la Ribera del
Xúquer que eran fértiles y por tanto muy codiciadas por los nuevos conquistadores,
tanto las de secano como las de regadío.
Cuando
el monarca tomó la ciudad de Alzira a los moros el 31 de diciembre de 1239 ya
se regaban aquellas tierras de la orilla izquierda del Júcar con aguas derivadas
del río, y debió de existir una acequia islámica que el rey Jaume I mandó
prolongar hasta Valencia, pues el monarca en sus escritos revela la existencia
de una acequia musulmana a la que denomina cequie
antique diferenciándola de la acequia nueva cequie nove Algezire y de la acequia mayor dictam cequiam maiorem.
Sobre
la base del regadío heredado de la etapa islámica que era muy reducido y distribuido
por diversas zonas muy fragmentado, el Rey Jaime I llevó a cabo una firme
política de expansión del regadío en la Ribera Alta del Júcar. En un acta del
rey D. Jaime I el mismo declara haber adquirido de los moros algunas de sus
leyes rurales, el modo de construir canales, diques y el de establecer y
dirigir las tomas de agua.
El
origen y principio de la acequia islámica que nombra el monarca bien podía ser
en Antella, si tenemos en cuenta que la altura de esta villa sobre el nivel del
mar es de 40 metros, lo que permite la conducción de agua caballera hasta el
mar, pues desde este punto, el agua podía llegar en suave pendiente hasta el
Mediterráneo y es en Antella donde nace
el canal de riego más antiguo e importante conocido, por el que circula la
corriente del agua para regadío desde Antella hasta la Albufera de Valencia.
Cuando
rey Jaime I luchaba por la Reconquista un importante general de sus ejércitos,
Guillem Fabra, participó en las conquistas de Mallorca y de Valencia, y cuando
se rindió esta última ciudad, por un convenio firmado el 17 de marzo de 1238,
como premio le fue asignada una casa al lado de la parroquia de San Esteve.
También sirvió al rey Jaime I ayudándole en la campaña para someter a los moros
de Alcoi y de Cocentaina que se habían sublevado bajo el mando de Al-Azraq.
El
rey Pedro III el Grande, hijo de Jaime I, conocedor de lo bien que Guillermo de
Fabra había servido al rey, su padre, le nombró su lugarteniente en la
expedición de los rebeldes de Tous y Carlet y pintó por emblema de su escudo,
dividido en cuarteles, un menguante de oro sobre campo azul, y una estrella
dorada sobre encarnado. Por otra parte, Don Pedro, le sirvió de compadre de un
hijo que bautizó el venerable Fray Miguel de Fabra, fundador del convento de
Santo Domingo de la ciudad de Valencia. De Fabra esperaba que su rey le
premiase, dándole además de Antella de donde fue el primer señor territorial,
el Tosalet.
Los
moriscos de Antella eran muy rebeldes a pesar de ello recibieron el bautismo
junto con los de Alberic, Gavarda y otros pueblos y fueron los primeros que
protestaron diciendo que el poner agua en la cabeza no significaba ser
cristiano, por otra parte aunque practicaban los actos de religión cristiana
seguían siendo los más increyentes de la parte izquierda del Xúquer y se
levantaron en lucha armada al lado del moro Teyiyi de Llombay que se había
sublevado contra los conquistadores.
Hubo continuas revueltas contra los cristianos y
para neutralizarlas se estableció un control sobre las armas y el acceso a los
castillos. En 1304 hubo una agitación que no desembocó en revuelta. El único
caso que se conoce aquí es el del moro Cilim, un movimiento mesiánico que tuvo
éxito a causa de las condiciones de vida de los sarracenos que se encontraban
vilmente sometidos a un estado lamentable de degradación de las condiciones de
vida, sometidos a capturas, expoliaciones y a toda clase de violencias.
En el año 1359 el sarraceno Celim o Cilim de Antella, fue el cabecilla
de una revuelta contra los cristianos Fue hecho prisionero en 1360 y por orden
del rey Pedro el Ceremonioso fue ajusticiado y quemado en una hoguera el día 16
de junio de ese mismo año.
Por los documentos reales sabemos que ésta fue la única revuelta
sarracena de importancia que se produce en el reino de Valencia, sublevación
que comenzó en 1359 capitaneada como hemos dicho por Cilim, un sarraceno
Antella, lugar situado en la Ribera Alta del Júcar. Cilim se presentó a los
sarracenos como un profeta de su religión y que estos le prestaron obediencia.
Según estos mismos documentos, él y sus seguidores protagonizaron una revuelta
contra la autoridad real y fueron culpables de asambleas ilícitas y de
conspiración, homicidios, robatorios, y expulsión de cristianos de lugares
reconquistados. Se supone que fue un movimiento mesiánico, entre religioso y
político, como los que ha habido frecuentemente en el mundo islámico. Comenzó
durante el periodo de guerra con Castilla, aunque no parece que la revuelta
tuviera contacto con los castellanos, pero si que se puede afirmar que si tuvo
éxito fue a causa de la guerra que comportó la degradación de las condiciones
de vida de los sarracenos, sometidos a capturas, expoliaciones y toda clase de
violencias.
Por marzo de 1360 Cilim ya había estado prisionero. Parece que el primer
governador del regne de Valencia, García de Loriz, no creía que Cilim mereciese
la muerte, puede ser porque por junio de 1360 no se habían producido violencias
aunque puede ser que no se podía responsabilizar directamente a Cilim de
ninguna violencia, pero el monarca ya insinuaba que el castigo adecuado para el
promotor de aquella agitación religiosa y política era la muerte, cuando el gobernador
decía “si morir deu, que muyra” y le recomendaba que no lo liberasen hasta que
él viniera a Valencia.
El 18 de junio el rey agradecía al caballero Ximen Perez de Oris, su
diligencia de encarcelar “aquell malvat moro qui en tan gran tabustol havia mès
e s’esforçava de metre (lo regne) de València” y sus cómplices. Parece que el
18 de junio Cilim ya había sido ajusticiado, porque el monarca decía que había
tenido la pena que merecía. Estas misma palabras se repiten en otra carta
dirigida al gobernador, Garcia de Loriz, al cual el rey le comunicaba que no
nombraría ningún comisario especial para juzgar las causas relacionadas con la
revuelta y que a los señores de sarracenos tampoco podrían juzgarlos. El
monarca parecía preocupado, nada mas por el aspecto financiero del castigo a
los culpables, cosa explicable atendiendo a la penuria del tesoro real en
aquellos momentos, pero que resulta sorprendente para nuestra mentalidad. Pocos
días después le comunicó el nombramiento de unos jueces especiales para este
caso, Ramón Nebor y Bernat Vives de Canamars, jurispertos de Valencia, que
serian asistidos por el notario Marti de Boil. Parece que entonces los
sarracenos aun seguían reuniéndose ilícitamente. a manera de rebelión. El rey
quería que estas conspiraciones fuesen castigadas ejemplarmente.
Después de la ejecución de Cilim, que según Boswell, fue quemado y los
principales capitostes de la revuelta, las encuestas judiciales continuaron
contra otros sarracenos desconocidos, con una breve interrupción en el mes de
agosto, por orden del rey. Por marzo del año siguiente 1361, la sedición volvió
a resurgir, según el rey por culpa de moros que con letras de acapte, es decir con permisos para pedir
limosna, recorrían las aljamas propagando el movimiento. Por este motivo el rey
mandó a Pere Boil, bayle general del reino de Valencia, que si comprovaba que
era así, suspendiese las licencias de pedir limosna y diese a los beneficiarios
dos meses para devolverlas. A mediados del mes de mayo, el movimiento debía de haber
redimido y sellada la paz de Templer con Castilla, el rey se mostró más
benévolo y el 17 de mayo a ruegos de nobles y caballeros valencianos, concedió
el perdón a los sarracenos del reino que hubiesen seguido la sedición excepto
de treinta
1360, juny, 9. Saragosa.
Pere el Serimoniós aprova la gestió [del portanveus de governador del
regne de València] que ha empresonat un moro que es feia passar per profeta. Si
cal, podrá ésser castigat a pena de mort, però en cap cas no haurà d’esser
deslliurat. Aprova, d’altra banda, que siga donat salari de set homes a cavall
a Berenguer Togores i al seu fill Berengueró.
ACA, reg. 1171, f. 56 v. Diu: “Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem
rehebudes e quant és en lo fet d’aquell moro qui’s feya profeta, vos responem
que-ens plau com és pres e, si morir deu, que muyra. Però com enteséssets que
mort no meresqués, no volem que per res ell sia ssolt de la presó, ans sia bé
guardat e tengut a prop entr`que nós, Déu volent, siam a València e altra cosa
ne hajam ordenada”.
Sobre’l fet d’en Berenguer Togores e d’en Berengueró, son fill, scrivim
segons vostra informació al capitá del regne de València e als diputats de la
guerra que donen sou als dits Berenguer e Berengueró de VII hòmens a cavall.
1360, juny, 18. Saragossa.
Pere el Ceremoniós acusa rebuda d’una carta del mestre racional,
Berenguer de Codinacs, del 9 de juny, i es manifesta satisfet del càstig
imposat a Cilim i als seus còmplices. Caldrá recompensar els qui l’han servit
en aquest fer.
ACA, reg. 1171, f.60 r.
Lo rey d’Aragó. Vostra letra havem rebuda ....... De la punició que s’és
feta d’aquell malvat moro e dels còmplices seus, nos plau. E a tots aquells qui
en aquest fet nos han servit en fer bones provisions per haver lo dit moro e em
quietat lo regne de Vàlencia, qui axi estava sollevat per aquell fet, som
obligats a fer-los gràcia e mercet. ......
1360, juny 18 Saragossa.
Pere el Ceremoniós agraeix al governador del regne de Vàlencia, Garcia
de loriz, el que ha fet per a capturar al “malvat moro” i als seus complices,
als quals ha donat la pena que es mereixien ......
ACA, reg. 1171, f. 60 v.
Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem rebudes e entès per aquelles los
affers d’aquell malvat moro e com vós ab gran diligència vos hi sots haüt, on
vos responem que’ns plau fort e’us havem molt que grahir com axí ho havets fet
e tractat e entenem bé que per vostre ban tracament e bona cura lo dit moro ab
os còmplices són venguts a vostra mà e han portada auqella pena que mereixen.
....
1360, juny, 18. Saragossa.
Pere el Ceremoniós agraeix a Ximèn Pérez d’Orís, cavaller, la part que
ha tingut en la en la captura del “malvat moro” (Cilim) i dels seus còmplices,
que han estat castigats com mereixien. Li promet pagar-li el que li deu i
recompensar-li els serveis quant agi a València, ....
ACA, C, reg. 1171, ff 60 v.-61 r.
Lo rey d’Aragó. Vostres lletres havem rebudes per les quals largament
nos havets fet saber los afers d’aquell malvat moro, qui en tan gran tabustol
havia mès e s’esforçava de metre lo
regne de Vàlencia e com per vostres bons tractaments lo dit moro ab altres
còmplices seus és vengut a mà del
governador e han portada aquella pena que mereixen e ja per altres letres
d’alcuns de nostre consell que són a Vàlencia havíem sabut com vós diligentment
e curosa vos sots haüt en aquells affers, de què’us som obligats a fer-vos
gràsia e mercè.
Queant és al fet de la assignació que demanats sobre açò que eixirá
d’aquells affers .... quant n´s siam en regne de Vàlencia, hon breument entenem
ésser, Déu volent, nós haurem esguard envers vós, aixi en fer pagar ço que’us
és degut com en fer altra gràcia, de guisa que conexerets que’ns trenim bé per
servits de vós.
1360, julio, 16. Pertusa.
Pere el Ceremonios acusa rebuda
d’una carta de Jaume Mas, lloctinent del batlle general del regne de València,
sobre la sedició de Cilim i sobre l’intent del bisbe de València d’intervenir
en questions sobre jueus. Li comunica que no hi haurà conflicte de competencies
en l’aafer de Cilim.
ACA, C. Reg. 1171, f. 89 r.
Lo rei d’Aragó. Vostres letres havem
rebudes, aixi sobre el fet dels moros que tactaven aquella sedició en regne de
València e moviment d’aquell moro apellat Cilim, com dels juheus, contra’ls
quals deïts que’l bisbe de València e son official s’esforcen d’enantar de ço
que a ells no pertany, e sobre cascun d’aquells fets vos trametem provisions
per altres letres patents, segons que en aquelles veurets ésser contengut. ....
1360, setembre, 1. Montblanc.
Pere el Ceremonios revoca el sobresïment decretat poc abans en l’afer de
la sedició de Cilim i mana a Garcia de Loriz, governador de València, i a Vidal
de Vilanova que prossegueixen l’enquesta fins a la sentència definitiva.
ACA, C, reg. 1172, ff. 170 v.-171 r.
Petrus, et cetera, delictis consiliariis nostris Garsie de Loriz,
gerentivices gubernatoris in regno Valenciaa, et Vitali de Vilanova, militibus,
salutem et dileccionem.
Licet nuper, cum littera nostra superaverimus in facto illius seditionis
et concitacionis suscitate in regno de Valencie per sarracenos eiusdem regni
instictu cuiusdam perfidi sarraceni nomine Cilim, tamen, ex certis causis,
volumu et vobis comitimus et mandamus quatemus in dicto facto procedatis
inquirendo et alias usque ad sentenciam definitivam, quam nobis ducimus huius
serie reservandam. Nos enim, revocatis quibusvis aliis comissionibus, vobis ambobus
super predictis comittimus planarie vices nostras.
1361, maig, 17. Calataiud.
Pere el Cerimoniós, a prec dels nobles, cavallers, escuders i persones
generoses del regne de València, perdona al sarraïns valencians, llevant de
trenta que anomenarà , de qualsevol pena o acció judicial pel delicte d’haver
seguit i obeit al “pèrfid” Cilim, sarraí d’Antella, que es fingia profeta i que
per aquesta raó fou condemnat a mort.
ACA, C, 1179, ff.16 v.- 17 r.
Nos, Petrus, et cetera, supplicantibus nobis nobilibus, militibus,
scuriferis et personis generosis regni Valencie, qui en nostro ad presens
existunt servicio, tenore presentis absolvimus, definimus, remittimus,
relaxamus et etiam perdonamus omnibus et singulis sarracenis tam masculis quam
feminis intra limittes regni Valencie populatis,retentis tamen nobis exinde
trigenta ex ipsis, illis videlicet quos nos magis voluerimus seu duxerimus
eligenndos, omnem accionem, questionem, peticionem et demandam aut aliam
quancumque penam, civilem et criminalem et aliam quamlibet, quam nos seu
officiales nostri nune vel de cetero possimus facere, proponere vel movere aut
eis infligere seu etiam intemptare, racione et occasione criminis per ipsos
comissi sequendo illum perfidum Cilim, sarracenum loci de Antella, qui profetam
apud eos se esse fingebat, et obediendo eius iussionibus seu mandatis, cuius
ocasione idem Cilim,suis demeritis exigentibus, ad ultimum supplicium
suportandum extitit condempnatus, ita quod sive in predictis culpabilis fuerint
sive non, contra predictos sarracenos seu aliquem ipsorum ac bona eorumdem in
generali vel speciali aut aliter nequeat per nos aut officiales nostros questio
aliqua fieri, peticio val demanda, nec eis pena aliqua infligi seu imponi,
quinimo sint ipsi sarraceni cum omnibus bonis eorundem a predictis et quolibut
predictorum quitii et immunes [in] perpetuo absoluti, abolentes ex nostre regie
plenitudine potestatis omnes et quoscumque processus, inquisicionnes et alia
quelibet enentamenta per nos seu officiales nostros contra predictos vel eorum bona in generali vel speciali facta
predicta racione, precipentes notario .............
La revuelta volvió a estallar al año siguiente, pero fue rápidamente
sofocada el 17 de mayo de 1361 y a petición de los nobles, el rey fue más benévolo
y perdonó a los insurrectos del Reino de Valencia que habían participado en la
revuelta promovida por el pérfido Cilim, sarraceno del lugar de Antella.
Las
rencillas se producían no solo entre los moriscos y las cristianos sino que en
ocasiones surgían entre señores territoriales como fue el caso de Joan Cervato
que era señor de los lugares de Xarquia y Antella y compró el lugar de
Sumacárcel y el 7 de septiembre año del año 1416 tuvo una cuestión personal con
Bernat Johan, señor de Tous sobre una mora vasalla del señor de Antella huida
de este pueblo y refugiada en el de Tous
A.R.V. Governación 2.216, nº 28, fol. 21.
Joan
Cervato por su condición de señor territorial era responsable del mantenimiento
de la torre árabe de Antella pues formaba parte del conjunto de torres
defensivas del territorio situado en el margen izquierdo del río Júcar contra
las incursiones moriscas y su estado de conservación era comprobado por
oficiales reales que hicieron visita de inspección entre junio y septiembre de
1429. ARV, GOV, nº 3.311, mano 6, fol. 8r.
En
1567, Miquel Salvador compra los lugares de Antella, Rafalet i Xarquia con
todos sus términos derechos y pertenencias por el precio de Cuarenta i dos
mil libras a don Pedro López Pacheco
Cervató Cardenas de Puerto Carrero y a su hermana doña Joana Pacheco de
Puertocarrero. A.R.V. Governación Litium, nº 10. F 1º, y al año siguiente el
1568 el rey Felipe le concedió legalmente el título de Barón de Antella
Después
de la conquista del Reino de Valencia por el rey Jaime I, Antella seguía
poblada por una mayoría de familias mudéjares moriscos y eclesiásticamente
dependía de la parroquia de Cárcer, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII
estando regida por un rector o vicario que tenía la circunscripción
eclesiástica, urbana y rural, para la
protección de las almas de los habitantes de las poblaciones de Antella,
Alcántara del Júcar, Beneixida, Cotes y Sumacárcer, hasta que en el año 1535
por iniciativa del arzobispo Tomás de Villanueva, se crearon las rectoras de
moriscos, o lo que es lo mismo, parroquias en cada población, en las que el
rector era nombrado por el Señor Territorial de cada lugar, y los titulares de
las parroquias eran los patronos de las familias que poseían los lugares en
cuestión tales como San Miguel de los Blanes, San Juan Bautista de los Mendoza,
San Nicolás y San Antonio de los Crespí de Valldaura, ya que las otras rectoras
estaban dotadas por los Señores de cada lugar, con excepción de la de Antella y
las fundadas por el Patriarca Ribera que en su mayoría se ponen bajo la
advocación de la Inmaculada Concepción, dogma en auge en la época, (Los archivos parroquiales de “La Vall de
Càrcer: Alcántara, Beneixida, Càrcer y Cotes, Alcocer-Gavarda, Antella, Sellet
y Sumacàrcel” de Cano Ferri, P. – Cifuentes Comamala, L. – Galiana Chacón, J.P.
– Martínez Morales, M. – Pons Alós, V).
En
el padrón que mandó hacer el Patriarca en el año 1585 resultó tener el pueblo
de Antella 220 casas de moriscos y unas 40 de cristianos viejos, pero eran gente
de lo más indómitas de cuantos había en el Reino, lo mismo que los de Tous.
La
ley que mandó dar el emperador Carlos I de España y V de Alemania el que todos
los moros que había en la nación saliesen inmediatamente de sus estados, al
principio se resistieron al bautismo pero habiendo bajado comisionados a la
baronia de Alberic para persuadirles, los de Antella tomaron el bautismo con
mucha repugnancia, y lo hicieron así poniendo por pretexto que la hacían por
dar gusto a su señor al que apreciaban en gran manera, pero a pesar de haber
recibido este sacramento quedaban interiormente tan moros como antes. Al
principio ocultamente cumplían sus prácticas religiosas y después de algún
tiempo venían haciendo todos sus ritos y ceremonias, por lo que á pesar de
llamarse cristianos nuevos eran tan moros como los de la Morería de Africa pero
se toleraba todo esto porque no había llegado aun la ley de su destierro y que
la no práctica de aquellas gentes a los mandatos cristianos hacían lo mismo en
todos aquellos pueblos que había moriscos.”
La
población morisca aumentaba como consecuencia de la ausencia del celibato
eclesiástico en la religión musulmana. Todos los moriscos se casaban mientras que en el colectivo de los
cristianos el número de casamientos se veía disminuido entre otras razones
porque un porcentaje muy elevado de la población era religioso dándose el caso
en el año 1609 de que en la ciudad de Valencia con una población de cincuenta
mil personas, cerca de 1.500 eran religiosos, lo que motivaba que la ciudad no
crecía demográficamente permaneciendo encerrada en sus murallas, mientras que
los moriscos proliferaban de forma alarmante, creciendo al mismo tiempo sus
ingresos, lo que ponía en peligro la seguridad del país y presentaban una
amenaza para le fe de la iglesia, siendo está una de las razones de su
expulsión.
En Antella, al igual que los pueblos
de alrededor los moriscos estuvieron viviendo en sus tierras hasta la expulsión
de todos los musulmanes del territorio español en el año 1609 por un decreto
del Rey Felipe III que ordenaba que saliesen de sus estados todos los moros
bautizados, pues continuaban con sus prácticas religiosas.
Esta pragmática de expulsión dejaba
a la población de Antella casi abandonada pues casi todos sus habitantes eran
moriscos. La pragmática se cumplió y salieron de la población todos los
adoradores de la ley mahometana En la página 88 del libro “El puerto de Denia y
el destierro morisco 1609-1610” publicado por la Universidad de Valencia, en el
apéndice dice: “en la segunda embarcación el 21-10-1609 salen los moriscos de
Antella”.
Es
en este momento cuando la población de Antella, al igual que muchos otros
lugares al faltar la mayoría de sus vecinos como consecuencia natural de este
hecho, sus campos quedaron sin brazos para el cultivo, sus casas sin
habitantes, todo, todo abandonado, población y riquezas, de esta manera la
población no podía ir adelante y causaba gran perjuicio para los señores
feudales de estos lugares y en este momento cuando se hace necesaria la
elaboración de Cartas de población para estos lugares, así encontramos la carta
puebla de Antella otorgada el 22 de junio de 1610 (Archivo del Reino de
Valencia, Manaments Empars, tomo 1º, folio 2274); la de Alberique el 24 de
marzo de 1610; Carcer 24 de agosto de 1610; La Llosa 13 de noviembre de 1610;
Masalaves 7 de abril de 1610; o en Gabarda y el marquesado de Llombay en el año
1612. Estas cartas son necesarias para reclutar pobladores que se ocupen de
trabajar las tierras abandonadas y cuidar de que no se deterioren las casas de
la población, por lo que las medidas de presión por parte de los señores no son
tan opresivas como las de siglos anteriores.
Para
solucionar esta situación su señor territorial don Francisco Salvador el día 21
de marzo del año 1610 otorgó Carta Puebla haciendo venir 57 familias de
cristianos viejos y tomaron estos las tierras que habían quedado abandonadas de
aquella raza expulsada de España bajo los pactos y condiciones establecidas pero
exceptuando el pago de los censales de los moriscos como consta en el capítulo
VII de dicho documento que dice: Ittem
es estat pactat establit y concordat entre les dites parts que aixi mateix lo
dit Señor de Antella prenga a son carrech y se aumeixca com ab lo present
capitol se obliga pagar tots los censals que los morisocs de la dita Baronia de
Antella se carregaren ab tal empero que los dits nous pobladors que huy son
y per temps seran del dit lloch de Antella no es puguen carregar censals alguns
sense expressa llicensia del dit Señor de Antella; Y si per alguns censals
carregats per alguns moriscos de dita Baronia de Antella se instara execusió
alguna contra los dits nous pobladors, en tal cas totes les despeces y gastos
vinguen al carrech del dit Señor de Antella.
Tanto
se le perjudicó al señor Territorial Francisco Salvador, que
habiendo muerto éste, por
una Real Pragmática de fecha 11 de junio de 1614 del Rey Felipe III Miguel Salvador, hijo del señor de Antella, fue
indemnizado con 340 Libras
por los daños y perdidas tenidos como consecuencia de la expulsión de los
moriscos y además el 12 de septiembre de 1621 Rey don Felipe concede un
privilegio a favor de Miguel Salvador Barón de Antella para que pueda hacer
ciertas imposiciones en su baronía por los daños sufridos por la expulsión de
los moriscos. A.R.V. Bailia gral. Letras y Priv. 7º 60, f 277.
BIBLIOGRAFÍA
Ferrer i Mallol Maria
Teresa. La frontera amb l’ìslam en el segle XIV. Cristians i sarrains en
el Pais Valencià, CSIC, Barcelona 1988
Lomas Cortés
Manuel. El puerto de Denia y el destierro morisco. Universidad de Valencia 2009
Ventura Conejero,
Agustín, Actes de la X Assemblea d’Història de la Ribera, Antella 2004. Antella
dins els morabetins del terme de Xàtiva. Ajuntament d’Antella, Coordina
Secretariat local de la X Assemblea d’Història de la Ribera, Imprenta Nacher
2006.
Libro del Cronista
de Antella.
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