Marina
Estarlich Martorell
Ramón Estarlich Candel
Cronistas
de Antella
Comunicación presentada en
la X Assamblea d’Historià de la Ribera
LA PANATANADA DE 1982 A ANTELLA
La
gota fría del temporal causante de la riada y posterior rotura de la presa de Tous
se formó a mediados del mes de octubre a 60º N al NW de Escocia. Los días 17,
18 y 19 se produjo un brusco cambio de régimen en la circulación de altura que
situó el temporal sobre Gibraltar el día 19 a las 12 horas. Se deslizó hacia el
golfo de Génova, pero se debilitó al agotarse la energía, precipitándose sobre
nuestra región de forma torrencial a partir del día 19.
La
intensidad de la lluvia fue variable, midiéndose las canntidades siguientes:
·
En el valle de Ayora (pico de Caroig), llovió con intensidad
superior a los 120 mm/hora.
·
En la zona situada entre los ríos Alcoy y Albaida, 400
mm..
·
En Enguera. se recogieron 565 mm.
·
En el barranco del Salado en Tous, 650 mm..
El módulo de lluvia de los últimos
50 años en la cuenca del río Júcar es de 52 m³/s. Y su aportación media anual
de 1.640 Hm³.
En
la parte de arriba del pantano de Tous se calcula que el día 20 el caudal máximo era de 4.000 m³/s en
Millares (Júcar). Informes oficiales dicen que desde las 6 de la mañana a las 8
de la tarde del día 20, entraron en el pantano de Tous de 220 Hm³.
El
río Júcar en la mayor parte de su recorrido tiene un valle estrecho, confinado
entre paredes calizas subverticales, hasta que al salir del estrecho congosto
en el que se ubica la presa de Tous, empieza a ensanchar su cauce y riberas al
llegar entre Sumacárcer y Antella, y a partir de Antella es cuando se produce
el ensanchamiento del valle de Cárcer, que es llano y de escasa pendiente.
El
Júcar recibe el agua no solo de sus afluentes, sino también de numerosas
ramblas y barrancos que en esta ocasión aportaron un volumen ingente de agua,
sobre todo la Escalona y la de Bolbaite.
Los
ríos Albaida y Sellent se desbordaron en las proximidades de su desembocadura
en el Júcar a primeras horas de la mañana del día 20, así como los barrancos de
Barxeta y Río Verde. Toda el agua aportada por estos cauces se ve frenada por
los obstáculos (N-340, vías del tren, cierre del valle, A-7), y por las aguas
del desbordado río Sellent.
A
las 10 de la mañana el embalse de Tous rebasaba en 4,70 m. las compuertas del
aliviadero incrementando la crecida del Júcar, ya que de la presa salía un
frente de agua de unos 30 m. de ancho por casi 5 m. de altura y a gran
velocidad por la cascada que se había formado.
La
maleza y madera que arrastraba el río taponó el puente de Sumacárcer e hizo que
el agua empezase a entrar en la población, llegando a la base de las casas, que
están situadas 5 ó 6 m.. más altas que el cauce del río.
En
Antella la riada empezaba a llegar a las primeras casas del pueblo, pero más
abajo el curso del río se veía frenado por el río Sellent, que se había
desbordado a las 8 de la mañana, inundando las poblaciones de Cárcer, Alcántera
y Cotes, formando un gran embalse al taponarse parcialmente el puente de la
variante de Gavarda en el N-340. Al juntarse las aguas del Júcar con las
embalsadas del Sellent, la inundación llegó a Beneixida, donde las aguas
alcanzaron una altura de 3 m.. dentro de la población. En Gavarda a las 11 de
la mañana se veía como el agua iba subiendo de nivel hasta alcanzar una altura
de 1,50 m..
A
las 11:20 la variante de Gavarda estaba anegada por la inundación.
Sobre
las 11:30 el caudal rebasó el terraplén de la N-340 y arrastró a varios
vehículos, entre ellos a tres camiones de gran tonelaje, pero nada más salvar
este obstáculo el Júcar se vio cortado por el río Albaida. A pesar de ello
siguió avanzando, arrastrando en Alberic fábricas de muebles, la gasolinera y
la vía férrea de Valencia a Villanueva de Castellón.
Alrededor
de las 12:30 llegaban las aguas al río Verde, cerca de Masalavés.
A
primeras horas de la tarde los ríos Sellent y Albaida empiezan a perder fuerza,
pero el Júcar comienza a ganarla.
A
las 5 de la tarde el agua llegaba a la corona de la presa de Tous, donde
habrían unos 130 Hm.³ de agua embalsada.
El
frente de la riada es cada vez más amplio, llegando a alcanzar una achura de
casi 10 km. Este frente tan ancho y el obstáculo que oponían los huertos de
naranjos, unidos a la escasa pendiente del terreno, hizo que la avenida
empezase a avanzar muy despacio, muy lentamente, tanto es así, que el agua no
entró en Benimuslem. hasta las 3 de la tarde y en Alzira y Carcaixent hasta las
9 de la noche. Sin embargo, sobre las 5,30 de la tarde, en Algemesí el agua
embalsada al haber hecho tope en la A-7 empezó a subir hacia la población por
el cauce seco del río Magro.
Esta
fue la primera fase de la riada. La segunda se produjo como consecuencia de la
rotura de la presa de Tous, siendo una riada. sobre otra riada., pero con los
agravantes siguientes:
1ª.
Existía ya una gran zona inundada, concretamente desde Sumacárcer hasta las
proximidades de Alzira y Carcaixent.
2ª.
El agua corrió a mayor velocidad al no existir obstáculos que frenaran su paso.
Por otra parte, los ríos Sellent y Albaida ya no actúan de freno, la variante
de Gavarda ha quedado bajo las aguas; el caudal del Júcar cada vez es mayor al
llegarle el agua de sus afluentes de su cuenca media y el desmoronamiento de la
presa imprime una mayor velocidad.
3ª.
Según unos informes desde las 12 de la mañana, y según otros a partir de las 4
de la tarde, empezó una erosión progresiva del labio de coronación de la presa
de escollera del pantano de Tous, y el cuerpo central sufrió un desmoronamiento
con una ola de salida calculada en más de 10.000 m³/s. oyéndose el ruido de
esta ola sobre las 19:15 horas.
4ª.
Las compuertas de desagüe fallaron. No se abrieron y colaboraron a que el agua
embalsada desbordara la presa, que se desmoronó, no justificando este fallo la
peregrina afirmación de que peor hubiera sido que se hubiesen abierto, ya que
el pantano actuó como contenedor de las aguas durante más de 10 horas, dando tiempo a que se pudiesen evacuar
diversas localidades y con ello no se produjesen víctimas, ya que la apertura
de estas hubiese aportado al río más
avenida al haber evacuado 7.000 m³/s. pudiendo haber vaciado el pantano en unas
dos horas.
Las
compuertas no se abrieron ya que el fluido eléctrico no llegaba a los motores y
el grupo electrógeno supletorio no estaba en su lugar. La convicción de que
había que abrir las compuertas queda demostrada si tenemos en cuenta que el día
21 a las 10 horas, ya reventada la presa, un camión lleva un grupo electrógeno
al pantano y al no poder pasar el vehículo se intenta llevarlo en helicóptero.
A
las 8 de la mañana con 51 hm³ embalsado ya no se podían abrir a mano las
compuertas y al pantano seguían llegando unos 3.000 m³/s o tal vez más.
Esta
segunda riada. alcanzó una velocidad de 20 km/h. hasta Antella, y a partir de
allí continuó avanzando a unos 10 km/h. Por esta causa, en Antella, un cuarto
de hora después de la rotura de la presa de Tous las aguas subieron 5 m. en menos
de 20 minutos, alcanzando un nivel de 19 m. sobre su cauce normal.
En
Antella, sobre las 19:45 horas, el golpe de agua destruyó la Casa de las
Compuertas, edificio hecho con grandes piedras de sillería que fue construido
en 1732 y había resistido otras grandes avenidas: la de 1.805, la de 1.835, la
de 1864 y otras muchas. La tromba del agua arrasó parte de la población y las
mejores tierras de huerta de su término.
En
Gavarda sobre las 8 de la tarde las aguas subieron aún de nivel 5 m. más en los
puntos cercanos al río.
Algo
más tarde de las 8 en Benimuslem había ya 2 m. de agua en sus calles y sobre
las 9 de la noche entraban en Alzira, Carcaixent. y en Algemesi.
Alrededor
de las 2 o las 3 de la madrugada del día 21, las aguas inundaron las calles de
Albalat de la Ribera con medio metro de agua y las de Riola y Fortaleny con 2
m., entrando finalmente en algunas plantas bajas de Cullera.
La
prensa de toda España, en su edición del día 21 de octubre destacaba en sus
primeras páginas la inmensa tragedia que había asolado las tierras valencianas.
En 30.000 se cifraba el número de personas evacuadas según un rotativo
valenciano, otros elevaban este número a 100.000 personas. Los evacuados eran
principalmente habitantes de Antella, Sumacárcer, Gavarda, Cárcer, Alcántara
del Júcar, Beneixida, Alberic, Carcaixent, Alzira, Benimuslem, Algemesí y zonas
bajas de Sueca y Cullera.
Las
noticias eran confusas y contradictorias, pues mientras que Gobierno Civil de
Valencia y el MOPU mantenían que la presa de Tous no se había roto, la
Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, a través del capitán portavoz de
la misma, confirmaba a la agencia Efe que el pantano de Tous había reventado.
A
las 6:15 de la tarde del día 20 el Comisario de Aguas del MOPU manifestó a Europa
Pres lo siguiente: “La presa de Tous no corre peligro de rotura .... es
moderna, fue construida muy recientemente. Los aliviaderos habían sido abiertos
con el fin de rebajar el nivel del embalse. Toda el agua llegada al embalse de
Tous sale en igual cantidad”.
Algo
más tarde, a las 7:05 horas un portavoz de la Confederación Hidrográfica del
Júcar dijo a Europa Pres que no tenía ninguna noticia de la rotura de la presa
de Tous y por las informaciones que se disponían no esperaban ninguna rotura. A
las 12:30 de la noche del día 21, don José Soler, ingeniero de la Confederación
Hidrográfica del Júcar, continuaba diciendo a la misma agencia, que no existían
indicios para pensar que la presa de Tous hubiese podido reventar.
Fuentes
de la Cruz Roja de Valencia manifestaron que la presa de Tous se desmoronó a
medianoche, poco antes de que técnicos especialistas trataran de hacer volar
controladamente una de las partes a fin de dirigir la salida de las aguas. Sin
embargo, la Guardia Civil informó a primeras horas de la noche que los diques
habían reventado y que el pantano de Tous se encontraba prácticamente vacío, lo
que quería decir que, efectivamente, el pantano había reventado.
José
María Fernández del Río, Gobernador Civil de Valencia, dirigió personalmente
las operaciones de evacuación, rescate de personas aisladas, voladura de dos
puentes y de una vía férrea. Inmediatamente se puso en funcionamiento el
Servicio de Protección Civil y se estableció un servicio de comunicaciones con
el concurso de los radioaficionados.
LA
COMPUERTA QUE NO SE ABRIÓ, CLAVE DEL DRAMA.
Noche del 19 al 20 de octubre.
2 de la madrugada.- Los dos
guardas de servicio perciben las primeras señales de alarma ante la inmensa
lluvia. Están solos ya que ningún técnico cualificado dormía en las
instalaciones de la presa. El embalse del pantano ha crecido de forma muy
importante y viene gran riada por el Júcar y demás ríos de la cuenca hacia la
presa de Tous, que ya estaba a más del 50 % de su capacidad para dar servicio
al canal Júcar-Turia.
2:30 de la madrugada.- Falta la
luz en las instalaciones de la presa. La riada o la tormenta han interrumpido
el suministro.
5 de la madrugada.- Los
intentos de comunicar la situación por medio del teléfono no pueden llevarse a
cabo. No hay servicio telefónico. Los dos guardas continúan en la zona, pero no
son personal cualificado para tomar decisiones.
8 de la madrugada del día 20.- Llega al
pantano el primer personal cualificado. Es la hora de comenzar su jornada
laboral. La cualificación más alta del grupo de personal que ha llegado, entre
los que hay personas de Obras Públicas y de la empresa constructora del pantano
(Agromán), es un ayudante de ingeniero. Él será el que deba afrontar la
situación. A esa hora las aguas ya saltan aproximadamente un metro por encima
del aliviadero, (no por la presa de escollera). Las compuertas por falta de
fluido eléctrico, no pueden ser maniobradas. Las determinaciones se dirigen a
moverlas con la ayuda del grupo electrógeno, pero éste está inundado en una
zona del pié de la presa, donde se estaba utilizando para el desagüe del fondo.
Fracasa el intento de accionarlas a mano.
8:30 (aproximadamente).- Por la
emisora de radio de los dos vehículos con que ha llegado el personal, se da la
alarma y se pide, en emergencia, el envío de grupo electrógeno que pueda
levantar las compuertas al haber quedado descartada la apertura manual puesto
que el agua ya pasa sobre estas que miden 15 m de ancho por 3 m. de altura. La
ayuda por radio se hace a Agromán, que inmediatamente se moviliza para enviar
dos grupos. Uno lo manda desde Barxeta. El otro no sabemos desde que punto. Uno
de ellos no puede llegar al área de Tous a consecuencias de la inundación. El
que llegará al pantano lo hace a las 2 de la tarde.
10 de la mañana.- A la vista
de la falta de comunicaciones telefónicas, la carencia de noticias y lo
alarmante de la situación, desde la Confederación Hidrográfica del Júcar se
envía un ingeniero para que informe del estado de la presa. El técnico emprende
el viaje y llega a la zona sobre las 12:30 horas. Sus noticias no llegarán a
Valencia hasta las 4 de la tarde.
2 de la tarde.- Llega al
pantano de Tous un grupo electrógeno, pero por el lado izquierdo de la presa,
cuando las compuertas se hallan en el lado derecho. No se le puede pasar a la
zona de compuertas debido a que el paso de un lado a otro solo puede hacerse
por la presa misma, por lo que las compuertas resultan inaccesibles para el
grupo electrógeno ya que no hay posibilidad de manejarlo con fuerza humana y no
existen medios mecánicos para hacerlo llegar al otro lado del pantano. El
técnico más calificado que hay allí, junto con el resto de personal, duda, en
todo caso, de sí a esa hora se debía levantar o no la compuerta, aunque es
evidente que no se puede, ya que caso de poderla levantar, con una luz de 15 x
3 m. cuando el agua ya la sobrepasaba en unos 3 m. las mismas compuertas
hubieran dado un gran lomo de agua que habría producido una ola gigantesca. Los
técnicos dudan al juzgar qué decisión hubiera sido mejor, en el caso de que las
compuertas hubieran podido moverse a es hora.
4 de la tarde.- El técnico
enviado por la Confederación sale de la zona sobre las 2 ó 2:30 de la tarde y
desde un lugar con teléfono comunica a Valencia que el agua rebasa ya unos 9
metros sobre el aliviadero y que le falta 1,50 m. aproximadamente para coronar
la presa de escollera en sí. La eminencia del peligro es conocida en Valencia.
5:05 de la tarde
(aproximadamente).- Empieza a rebosar el agua por la coronación de la
presa. En esos momentos el agua embalsada asciende a 120 Hm³. Hacia las 18:20
se observaron los primeros síntomas ineludibles de que la presa estaba siendo
erosionada.
7 de la tarde.- El agua
rebasa en algo más de 1 m. el pantano, que contiene más de 120 millones de m³ embalsados.
En este momento la erosión debía ser importalos que recae la responsabilidad
del pantano, de que las condiciones técnicas del mismo podrían ser superadas
por la fuerza de los elementos.
Técnicos
de la Confederación Hidrográfica del Júcar emprenden viaje nocturno hacia el
pantano de Tous, llegando allí sobe las 5 de la madrugada del día 21.
Visualmente comprueban que el pantano había sido ya comido en unos 18 m. de
largo.nte. La presa ya estaba condenada a su destrucción y las grandes piedras
de la escollera comienzan a ser arrastradas por la fuerza de la corriente del
agua hasta más de un kilómetro de distancia.
19:13 horas.- Según
versión de la Guardia Civil se desmorona una parte de la presa, abriéndose un
boquete de unos 18 m. Se acelera el proceso de erosión de la escollera.
Sobre
esta hora se daba la alarma en Gobierno Civil, aunque se negara la rotura de la
presa por las altas instancias del MOPU. Según la nota de Gobierno Civil, se
indica que a lo largo del día 20, en ningún momento se planteó, por aquellos
sobre
6:30 horas del día 21 de octubre.- La presa
de escollera ya no existe.
Una
cantidad ingente de noticias se podrían aportar sobre tan trágico suceso, pero
voy a limitarme a indicar unos datos estadísticos que nos pueden aportar una idea
de la magnitud de la inundación.
El
número de victimas fue de 22 muertos y 12 personas desaparecidas, 102 personas
llegaron a estar hospitalizadas en los distintos centros sanitarios de Valencia
y otras poblaciones cercanas a la zona damnificada.
El
día 21 se utilizaron 54 helicópteros que realizaron 108 salidas, dos cada
unidad, transportando 78 Tm. De alimentos y medicinas, y evacuando a más de
1.000 personas, algunas de ellas refugiados en lo alto de tejados y terrazas de
inmuebles.
El
día 22 los helicópteros hicieron 130 salidas, transportando 100 Tm. De víveres
y medicamentos, evacuando a 85 personas más.
1.100
hombres de la Guardia Civil actuaron en las diversas tareas desde el principio
de la inundación, teniendo un ejemplar comportamiento y arriesgando en varias
ocasiones su vida. La Policía Nacional también colaboró activamente.
La
Cruz Roja suministró 35.000 mantas, 80.000 abrigos, 60 tiendas de campaña,
950.000 kilos de alimentos, 250 kg. De alimentos especiales para niños, 65.000
litros de leche, 90.000 litros de agua potable, 10.000 pares de botas, 7.000
dosis de vacunas, 3.000 kilos de medicinas, 35.000 litros de lejía concentrada,
3.500 kg. De detergente y diverso material de limpieza. Además envió cuatro
hospitales móviles con 40 camas cada uno, 15 grupos electrógenos, 55 lanchas,
25 vehículos todo terreno, 520 coches particulares, 51 autobuses y 112
ambulancias. También colaboraron 350 médicos, 250 auxiliares sanitarios, 250
submarinistas, 25 agentes de búsqueda de personas y 60 operadores de radio.
El
ejército también colaboró eficazmente, no solo en los primeros momentos sino
que también lo hizo posteriormente ayudando a quitar fango y sanear casas y
calles en algunas poblaciones y mantuvo durante muchos días cocinas móviles,
alimentando a los habitantes dos poblaciones, Gavarda y Beneixida.
Según
una inspección realizada por técnicos de la Diputación Provincial de Valencia,
en solo ocho poblaciones existen 106 edificios para derribar y 117 necesitaban
apuntalamiento urgente. No están incluidas en estas cifras las ciudades de
Alzira, Carcaixent y Algemesí. Según la Cámara de la Propiedad Urbana, la riada
puede haber afectado a un total de 57.000 edificios.
Según
la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Valencia, la
inundación ha afectado a 1.042 industrias y 13.991 comercios en 86 municipios.
Desde
la Casa de Misericordia de Valencia se coordina la recepción de ayudas y
posterior envío para su distribución a los damnificados. Se establecen puntos
de almacenamiento que actúan como centros coordinadores en L’Alcudia y en
Canals, siendo estos los centros de control desde los que se suministra a los
Ayuntamientos de las poblaciones afectadas los productos alimenticios y ropa de
abrigo, para que hagan reparto de ello a las personas necesitadas.
Se
crea la “Carta de Damnificado”, que expiden los Ayuntamientos y en la misma se
hacen constar los datos personales del cabeza de familia y los nombres de los
componentes de la unidad familiar. También se detalla en el documento una
relación de los bienes materiales afectados y el valor estimado de los daños.
Estos
documentos sirven para que la Administración pueda realizar una evaluación del
número de las personas damnificadas y del valor de los bienes y propiedades que
se han perdido o han resultado dañados como consecuencia de la riada.
La
ayuda recibida ha sido, a más de las vituallas durante los días siguientes a la
inundación, la percepción por parte de aquellos damnificados que habían perdido
el mobiliario y enseres, de una subvención máxima de 150.000 pesetas por
persona y familia. El acceso a préstamos del Banco Hipotecario de España para
la reparación de viviendas, préstamos del Banco de Crédito Industrial
destinados a industrias y comercios y los del Banco de Crédito Agrícola para ayudar
a los agricultores a reponer las tierras a estado cultivable.
Asimismo
la Caja de Ahorros de Valencia y otras Entidades de Crédito, concedieron a los
damnificados préstamos en condiciones especiales y bajo interés, y moratorias
en los vencimientos de sus compromisos de pago.
El
presidente del Gobierno, don Leopoldo Calvo Sotelo, vino a Valencia el mismo
día 20 para atender personalmente los problemas que la crítica situación iba
planteando. El día 22 nos visitaron los Reyes de España, cuya presencia infundió
ánimo y esperanza al decir el rey don Juan Carlos en la ciudad de Alzira:
“Haremos todo lo posible para recuperar lo que teníais y mejorarlo si es
posible”. El Papa Juan Pablo II también visitó Alzira y desde allí saludó a
todos los habitantes de la Ribera, terminando su oratoria diciendo: “Os aliento
a elevar vuestra mirada hacia Dios, a la vez que a los presentes, así como a
los habitantes de las otras zonas afectadas, especialmente a los heridos,
enfermos y familias en luto. Os dejo con afecto mi cordial bendición”.
Pasados
los primeros días y viendo que no llegaban ayudas para paliar los daños
ocasionados por la “pantanada”, muchos damnificados presentaron reclamación
judicial por el importe de los bienes perdidos o dañados y don Gonzalo Solaz
Lita es nombrado juez especial instructor del sumario sobre presuntas
responsabilidades en la rotura de la presa de Tous, recorriendo las zonas
siniestradas por las inundaciones para completar su investigación sumarial.
Fuentes
del Juzgado de Instrucción de Xátiva manifestaron que el juez estaba intentando
vencer las trabas que le habían puesto determinados organismos oficiales en su
investigación, así como la negativa a facilitarle un helicóptero con el que
sobrevolar la zona inundada.
Solaz
Lita declaró: “Este proceso es excepcional e histórico, comparable con los
casos Matesa y Colza y por cuya responsabilidad me hallo abrumado. Tengo el
honor y la desdicha de hacerle frente”.
El
17-5-83 se dio por concluido el sumario después de haberle tomado declaración
al Gobernador Civil de Valencia don José María Fernández del Río. El sumario se
había abierto el día 11 de enero del mismo año al presentar la asociación Afiva
(Afectados por inundaciones de Valencia) querella criminal contra los que
pudieran resultar responsables de la rotura de la presa de Tous.
Inicialmente
se dijo que el fiscal solicitaría al Estado como responsable civil subsidiario
125.000 millones de pesetas. El 27-1-83 se decretó auto de procesamiento contra
el ingeniero jefe a pie de obra Jesús González Marín y contra Salvador Madrigal
Sánchez, ingeniero de caminos que firmó la remodelación del proyecto inicial
del pantano, solicitando para este último prisión sin fianza y el pago de una
indemnización de 200.000 millones de peseta, modificables según las
valoraciones definitivas de los daños ocasionados.
El
día 15 de octubre de 1983 la Audiencia Territorial de Valencia ordena reabrir
el sumario de Tous, practicándose nuevas diligencias y pruebas, manteniéndose
el secreto sumarial.
En
el mes de abril de 1985, la Audiencia Provincial de Valencia anula el auto de
conclusión del sumario de Tous, por entender que en el mismo no se pueden
denegar nuevos procesamientos, ya que se elimina la posibilidad de recurrir.
Manda el sumario de Tous que consta de 50.000 folios, para que lo reabra el
juez de Xátiva, que ya no lo es el Sr. Solaz Lita, que fue destinado a
Barcelona al término del sumario y sustituido por Lamberto Juan Rodríguez
Martínez.
La
declaración de un testigo ocular del derrumbamiento de la presa de Tous sirvió
para la reapertura del sumario en el Juzgado de Xátiva. El vecino de Sumacárcer
José García declaró el día 17 de mayo de 1985 en Xátiva ante el juez especial
destinado para instruir las diligencias sumariales del desmoronamiento del
pantano de Tous.
Con
referencia a lo sucedido en Antella puede resumirse en el siguiente detalle:
El día 20 de octubre se midieron en el pluviómetro instalado en el
azud la cantidad de 214 litros por m², si bien fue a partir de las 9 de mañana
cuando las aguas del río empezaron a crecer subiendo su nivel en medio metro,
pero dos horas mas tarde había subido metro y medio más, llegando a la llamada
Casa de las Compuertas, y ya se habían inundado muchos campos situados a la
derecha de la Acequia Real. El caudal del río iba en aumento y alrededor de las
13,30 horas el agua llegó a la calle Pintor Lozano, que es la mas baja de la
población.
Sobre
las 5 de la tarde se dio la voz de alarma de evacuar la parte baja de la
población, debiendo de trasladarse a las casas mas altas situadas a partir de
la Avenida del Júcar hacia el monte, ante el riesgo de que se rompiera el
pantano de Tous, lo que sucedió alrededor de las 6 y media de la tarde, y se
calcula que contenía 1.000 m³ de agua, que tardó en vaciarse más de media hora
y llegó a Antella cuando ya había anochecido, eran los 8 y media de la tarde.
Prácticamente
no dio tiempo ni tan siquiera a poner en lugar seguro los enseres domésticos,
joyas y objetos de valor, ya que en aquel día 20 de octubre, ante el temor que
producía la rápida crecida del río y la falta de noticias fiables que pudiesen
orientar sobre las probables características de la inundación, además de que
nadie podía intuir la magnitud del desastre, influyeron en que los vecinos en
un principio adoptaran una actitud expectante, pues al amanecer del día
siguiente contemplaron que las aguas habían invadido los campos ribereños y se
aproximaban peligrosamente al casco urbano, hecho que no se conocía en Antella
desde el s. XIX.
Durante
todo el día los vecinos estuvieron pendientes de la evolución de la riada,
hasta que alrededor de las 6 de la tarde el agua anegaba ya algunas calles de
la villa, y las campanas lanzadas al vuelo desde el campanario de la Iglesia
Parroquial alertaban a los vecinos de la orden del Gobernador Civil de Valencia
de que se abandonasen las casas sin perdida de tiempo, así como que nadie se
refugiase en los pisos altos, debido a que el pantano de Tous presentaba
peligro de derrumbamiento ya que el agua lo desbordaba y estaba empezando a
desmoronarse.
Sin
fluido eléctrico, ni telefónico, e incomunicados por carretera, los antellanos
empezaron a replegares hacia las casas de la parte alta situadas más arriba de
la Avenida de José Antonio (hoy Avenida del Xúquer), en le ermita del Cristo y
en las aulas del Grupo Escolar. Quedó patente la colaboración de todos ayudando
a las personas más desvalidas a evacuar sus domicilios. No hubo distinciones de
ningún tipo y todos colaboraron con la mayor camaradería y hermandad.
La
lluvia caía incesante, las calles que aún no estaban inundadas eran como
torrentes que producían un fuerte ruido en su rápido descender aportando el
agua procedente de la lluvia al caudal desbordado del río Xúquer.
Todos
estos inconvenientes agravaban el trabajo de evacuación de las personas que
instintivamente trataban de guarecerse de la fuerte lluvia y viento reinantes,
pero a pesar de ello, en un corto periodo de tiempo todos estaban concentradas
en la parte más alta del pueblo. No obstante muchos de los más jóvenes
continuaron ascendiendo por la colina del monte, protegiéndose con mantas y
piezas de abrigo, llegando algunos hasta la cima del cerro, al pié de La Creueta.
En
aquellas horas el río ya se había adueñado de parajes y conquistado posiciones
insospechadas, alcanzando una altura de seis o siete metros sobre su lecho.
Pero aún no terminaba ahí el susto y preocupación al desconocer lo que podría
ocurrir cuando llegase la ola del agua que formaría el agua embalsada en el
pantano de Tous si éste llegase a derrumbarse, como se había anunciado, ya que
las noticias que se captaban con los radio-transistores eran contradictorias,
unas emisoras decían que la presa se había roto, otras, que se había producido
una fisura y empezaba a romperse, pero lo cierto es que la intranquilidad y el
desasosiego se había adueñado de todos y a medida que pasaba el tiempo la gente
estaba mas nervioso e intranquila.
Un
poco antes de las 8 de la tarde, un fuerte y estremecedor ruido, que retumbó en
lo oídos de los evacuados, anunciaba que la temida ola del agua había llegado y
se estrellaba contra la maciza mole montañosa en la carretera de El Estrecho, que la obligaba a
retroceder cuantas veces intentaba pasar este obstáculo, que fue el verdadero
protector del pueblo de Antella, evitando la destrucción de una gran zona del
mismo, hecho que se hubiera producido, si el agua no hubiese topado con este
obstáculo natural.
Al ruido del tremendo estruendo
causado por el impacto de la ola alguien gritó: “Ya está ahí”, y fueron muchos
los que no pareciéndoles seguro el refugio donde se encontraban, apoyándose en
el instinto de conservación, y a pesar de que la lluvia y el viento seguían
arreciando, a gatas por el suelo o como mejor pudieron, ya que la noche era
obscura salvo en los momentos que alumbraba algún relámpago, empezaron a
ascender de forma desordenada en busca de la cima del monte tratando de
alcanzar un punto más elevado.
Roto el muro del pantano de Tous,
la inmensa cantidad de agua acumulada en el embalse sumada a la que seguían
aportando los barrancos que desembocan en el río, inició una marcha destructora
arrasando cuanto encontraba en su camino, al unirse la fuerza incontenible del
agua la de los objetos contundentes que ésta arrastraba, no respetando en su
impetuoso avance el cauce habitual del Xúquer, siendo los obstáculos con los
que tropezaba la corriente del agua los que marcaban el nuevo camino a seguir,
siendo esta la causa de que la impetuosa ola del agua de la presa se estrellase
contra la montaña en vez de hacerlo directamente sobre el pueblo de Antella,
que hubiera arrasado casas de las calles General Prim, (hoy 9 d'Octubre),
Pintor Francisco Lozano y santa Bárbara hasta la plaza del Caudillo, (hoy plaza
Major), San Rafael, Dr. Ramón y Cajal, así como un tramo de general Primo de
Ribera, (hoy Molí), hasta el número 32 y paralelas.
El río tomó un nuevo cauce en
varias partidas transformando los campos en una rambla estéril más propia de
parajes desérticos que de una zona fértil de tierra de huerta cultivable con
plantaciones de hermosos naranjales, como lo fue hasta el día 20 de octubre de
1982.
Esta enorme ola causó una
destrucción total en su vertiginoso descenso desde la presa de Tous en que
bajaba encajonada por los montes hasta acercarse a Sumacárcer y llegar a
Antella donde empieza a ensancharse el valle, asolando cuanto encontraba a su
paso y se oponía a su poder aniquilador, no respetando vidas ni haciendas en su
impetuoso e imparable avance devastador.
Una semana después del suceso
algunos vecinos manifestaban que aún tenían metido en su cabeza el martilleante
ruido producido por la ola en su golpear a las imperturbables rocas del monte y
su retroceso obligado por el impacto contra un obstáculo insalvable para ella,
que alcanzó, según la marca dejada sobre la roca una altura de dieciséis
metros.
Amaneció el día 21, quedando atrás
una noche de sobresaltos, temor y pesadilla mientras que el río iba abandonando
lugares inundados replegándose paulatinamente hacia su cauce habitual, dejando
en las calles un barro blando y pegajoso en el que se hundía todo el que lo
pisaba.
El acceso a Antella solo podía
realizarse con mucha dificultad por el camino de la antigua “vereda” en el
enlace próximo al nuevo pueblo de Tous, en la carretera comarcal que una dicha
población con la carretera C.N.-340 en Alberic.
El día 23 bombeando agua desde el
pozo de suministro con la bomba de un camión de bomberos y posteriormente con
un grupo electrógeno se pudo reanudar el abastecimiento de agua potable.
El día 25, se puso en funcionamiento
una línea telefónica para llamadas de emergencia, pues hasta éste día el único
enlace con otros lugares se estaban realizando por la emisora de
radioaficionado EA5AQC, manejada por el que suscribe, en combinación con el
Servicio de Protección Civil.
Al anochecer del día 26 se reanudó
el servicio de electricidad, que se pudo suministrar mediante una línea
provisional tendida desde el pueblo de Cárcer.
En una primera valoración los daños
calculados fueron de 117 casas inundadas, de ellas 41 con importantes
destrozos, declarando a algunas en situación de ruina total, situadas en la
calle Pintor Francisco Lozano, lo que motivó su posterior derribo.
Las cifras que se dieron fueron las
siguientes:
3.400 hanegadas de naranjos inundados. Valor de
la cosecha 203 Millones
120
hanegadas de hortalizas. Valor de la cosecha 10
“
Daños en el arbolado 548 “
Valor de la maquinaría agrícola afectada 5, 5
“
Casas de labranza, viviendas rurales y casetas
de campo 33
“
Reposición de terrenos y allanar 216 “
43 km. ² de caminos destrozados 11
“
33 km. de brazales, 8 de acequias y azud de
Antella 200 “
Polideportivo municipal 5
“
Casa de transeúntes, de las piraguas y motor del pozo 5
“
Red de alcantarillado y pavimentación de calles (Sin especificar)
Desaparecieron los puentes del Azud, la Barqueta y el Molló, quedando
en mal estado el puente de Masil y el
del Barranquet, toda la
infraestructura del Azud, la Casa de las Compuertas, la Acequia particular de
Antella, muchos brazales y regadoras, así como partidas enteras del término
tales como la del Reguer, 133
hanegadas; el Azud, 276 hanegadas; Viver, 300 hags; el Oro, 232 hags; Isleta
100 hags; y Charquia, 114 hags; y resultaron inundadas con graves daños la del Pino Vero, Fonteta, el Plá, el Bosch, Islas
del Plá, la Habana, el Barranquet, Racó y Suertes Mayores.
Sobre las partidas del término
devastadas actuó directamente la Administración Central a través del Ministerio
de Agricultura, Pesca y Alimentación, según Orden de 27 de julio de 1984, por
la que se declaraba de utilidad pública y urgente ejecución la concentración
parcelaria de las zonas arrasadas. Por Real Decreto-Ley 20/1984, de 23 de
octubre (B.O.E de 24 de octubre) se declara estas zonas de actuación especial
del IRYDA, y por Orden del Ministerio del Interior de 24 de octubre de 1982
(B.O.E de 25 de octubre) se determinan los términos municipales afectados, entre
los que se hallaba el término de Antella.
Para la realización de los trabajos
de recuperación de los terrenos y su redistribución se tomó como base la
legislación de la concentración parcelaria, permitiendo redistribuir las
tierras recuperadas de forma equitativa, entre sus antiguos propietarios, y
establecer unas masas de cultivo adecuadas a los nuevos trazados de caminos y
acequias.
Las zonas afectadas por la ríada
cuyas parcelas eran reconocibles pudieron ser recuperadas directamente por sus
propietarios, y para ello el IRYDA asumió el 40 % de la peritación de daños
calculada para realizar los trabajos de descombro, nivelación y posterior
plantación de naranjos.
La Acequia particular de Antella y
la presa del azud que la alimentaba desaparecieron casi en su totalidad y
tuvieron que ser reconstruidas, sufragando el costo de las obras la
Confederación Hidrográfica del Júcar, siendo ejecutada la obra por la empresa
constructora Entrecanales y Tavora.
La presa del azud esa construida en
el mismo lugar que la anterior, y tiene una longitud de 200 metros y una
anchura de 20, estando hecha con piedra roma del cauce del río metida en
gaviones metálicos, que es un sistema habitual en obras de fortificaciones y
construcciones hidráulicas, estando los gaviones entrelazados y se ha empleado
también mampostería hormigonada.
La Acequia particular de Antella
fue reconstruida por la misma empresa, desde su compuerta de nacimiento hasta
los mismos muros de la población, en una longitud de 6 kilómetros y medio,
conservando las medidas de su antiguo cauce que eran 2,10 m. de ancho y 1,35 m.
de altura, empleando en la mayor parte del tramo mampostería hormigonada,
aunque en 150 m. se ha utilizado piedra y en 400 m. gaviones metálicos rellenos
de piedra de río por ofrecer una mejor defensa contra fuertes avenidas. También
se ha variado su cauce en una longitud intermitente de 902 m. al haber
sustituido los muros y piso de hormigón por tubería de cemento. La acequia ha
sido dotada con un caudal de 2 m³ por segundo.
Los trabajos de estas dos obras
hidraulicas conjuntas se iniciaron el día 9 de noviembre de 1982 y se acabaron
el día 20 de diciembre del año 1983.
La red de acequias y brazales fue
repuesta por el IRYDA que encargo su ejecución a la empresa constructora Tragsa
quien reparó un total de 13 brazales con una longitud de 25.000 metros
lineales, y quedaron otros ramales de brazales con una longitud total de 5.300
metros que se acabaron de reconstruir a principios del mes de febrero del año
1984.
Y estos son los detalles de la pantanada y los datos informativos más
relevantes sobre sus efectos posteriores y el coste de reposición de los daños
causados por las turbulentas aguas del Xúquer en el mes de octubre de 1982 en
el pueblo de Antella.
Cronista Oficial de Antella
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